El cierre de las fronteras a causa de la pandemia de coronavirus hizo que se potenciara el contrabando de vinos

Uno de los operativos en los que se incautaron vinos que eran llevados por contrabando desde la Argentina hacia Brasil. (Policía Militar de Paraná)

El cierre de las fronteras a causa de la pandemia de coronavirus hizo que se potenciara el 
contrabando de vinos argentinos hacia el mercado brasileño. En lo que va del año, sólo en la región Oeste de los estados de Paraná y Santa Catarina, la Policía Militar decomisó más de 35.000 botellas que se “filtraron” por la porosa frontera seca.

En un radio de poco más de cien kilómetros a la redonda, las fuerzas policiales del vecino país llegan a realizar hasta cuatro decomisos diarios de vinos argentinos que son transportados en autos particulares principalmente hacia las ciudades más industrializadas del sur de Brasil, donde cada botella puede multiplicar su valor por cuatro o cinco. Uno de los operativos este fin de semana terminó con una persecución y fuga cinematográfica.

Hace mucho tiempo los brasileños descubrieron las bondades del excelente vino que se elabora en Argentina. Y hasta marzo era habitual verlos en supermercados y comercios del rubro de Puerto Iguazú, Posadas y también en la fronteriza localidad de Bernardo de Irigoyen, donde muchos comercios tuvieron un crecimiento exponencial a partir del despacho de vinos y en menor medida aceitunas y aceite de oliva.

Sólo en Bernardo de Irigoyen hay una decena de locales que pisan fuerte en la venta de bebidas alcohólicas y también energizantes para los brasileños. “Pero también hay muchos locales que parecen pequeños kioscos pero el fondo pueden tener una carga millonaria de vinos. Sólo es cuestión de tener algunos buenos contactos porque la demanda es enorme”, cuenta un conocedor del mercado en la frontera.

Uno de los operativos en los que se incautaron vinos que eran llevados por contrabando desde la Argentina hacia Brasil. (Policía Militar de Paraná)© clarin.com Uno de los operativos en los que se incautaron vinos que eran llevados por contrabando desde la Argentina hacia Brasil. (Policía Militar de Paraná)

Desde la Receita Federal de Dionisio Cerqueira, el delegado Valter Durigón, detalló que en todo 2019 se habían decomisado 22.000 botellas de vinos argentinos y en los primeros seis meses de este año ya hubo un 59% más: la cifra se elevó a 35.000. El funcionario dijo que las incautaciones se elevan a los 10 millones de reales si se toma también el valor de los vehículos usados para el transporte de las bebidas argentinas.

Durigón sostuvo que detrás del contrabando existen otros delitos asociados, como la evasión tributaria y también el robo de vehículos que son usados para el transporte de las cajas de vinos. Y que ya se han detectado bandas que se encargan de la provisión de la logística para el contrabando de los vinos argentinos

El delegado de la Receita Federal explicó que la mercadería ingresa por la frontera seca e incluso a través del arroyo Pepirí Guazú, que en algunas épocas del año es apenas un hilo de agua. “Hay muchas personas que viven de esto”, admitió el funcionario, para quien es imposible controlar toda la frontera.

Hasta marzo pasado los brasileños que viajaban a la Argentina podían retornar con un máximo 16 botellas de vino, pero el cierre de las fronteras hizo que perdieran esa opción de abastecerse. A partir de entonces el contrabando tuvo un notorio incremento y es probable que el año cierre con el triple de incautaciones por parte de la Policía Militar.

El fin de semana, la fuerza realizó una cinematográfica persecución en Dionisio Cerqueira. Fue luego que el conductor de un Fiat Uno brasileño se diera a la fuga al detectar la presencia de los agentes.

El contrabandista se dirigió hacia la frontera seca y en un desesperado intento por escapar embistió los mojones que marcan el límite internacional y terminó en una de las veredas del barrio Obrero de Bernardo de Irigoyen.

El conductor escapó antes que llegara Gendarmería, por lo que su identidad sigue siendo una incógnita. Abandonó un cargamento de un centenar de botellas -algunas de ellas, de la bodega Catena Zapata- que en el mercado argentino tienen un costo de 100.000 pesos pero del otro lado de la frontera la Receita lo multiplica por seis. Ahora los investigadores intentan determinar si el auto utilizado había sido robado.

En Brasil, las autoridades aduaneras pueden realizar donaciones con lo incautado, subastas públicas o bien darle algún destino diferente. Con los vinos argentinos ahora se analiza realizar un proceso de extracción del alcohol para realizar sanitizantes.

“Al inicio de la pandemia había estrictos controles en la frontera seca por parte de Gendarmería pero desde junio se perdió esa intensidad y hasta retiraron los gazebos que habían colocado en lugares estratégicos”, detallaron los conocedores de los movimientos fronterizos en Irigoyen.

“Los vinos no sólo van para los grandes centros urbanos de los estados de Paraná y Santa Catarina, donde hay un alto poder adquisitivo, sino también hacia el litoral atlántico”, explicaron desde la Policía Militar.

Comentarios