Horror: “Él mostró cuando le mató a mi hija”




¿Qué pasa con nuestra sociedad? El asesinato de toda una familia a manos de un uniformado y su posterior suicidio muestran el rostro más crudo de la realidad, con un saldo de muerte aterrador.

Una brutal masacre sacudió la madrugada de ayer el barrio San Miguel, de la ciudad de Capiatá. En un arrebato de locura y descontrol, un suboficial asesinó a balazos a sus dos hijos menores, a sus suegros y a una cuñada de 16 años.
Luego de este criminal baño de sangre y muerte, el autor de los asesinatos se autoeliminó avei.
Todas las víctimas recibieron disparos de arma de fuego. Lo más tétrico de la matanza es que el responsable de aniquilar a su propia familia lo transmitió por una videollamada a su mamá, quien se encuentra en España. Las víctimas fueron identificadas como Alberto De La Cruz Riveros (53), Amalia Caballero (50), L. M. G. C. (16) y dos inocentes de uno y dos años. En tanto que el atacante, Isidro Casco Salinas (31), se suicidó de un disparo.

“Él le llamó a su mamá, y conmigo hizo una videollamada, pero le tuve que cortar porque yo tenía que trabajar. Estábamos en una llamada compartida con su mamá”, he’i Beatriz Romero, la madre de los niños, desde España a la 1080 AM.
Romero fue contactada luego por su suegra. “La señora me llamó, ella no estaba segura de lo que hizo su hijo porque estaba oscuro. Él mostró cuando le mató a mi hija a su mamá. Le muestra a mi hija en el suelo: ‘mirá’, le dice, y la señora mira y le pregunta ‘¿mãva piko péa?’ ‘Amayita’, le dice (Casco) por mi hija. La señora me dijo que le mostró cuando Amaya estaba en el suelo”, dijo la Beatriz Romero.
Luego, desesperada, la madre llamó a sus otros parientes: “Le llamé al marido de mi hermana, pero como ellos viven lejos le dije ‘creo que él se fue a matarle a mi hijo y eso’, después le llamé a mi hermana y me dice ‘Beti, no puedo respirar’”.
DOPADO O BORRACHO

La fiscala Carolina Martínez he’i a la radio Universo 970 AM que los testigos del crimen declararon que al parecer el uniformado estaba dopado o quizás alcoholizado en el momento de cometer los asesinatos.

Era una familia muy humilde y trabajadora he’i una vecina

Leticia Acosta, una vecina de la familia asesinada que vive en la casa de enfrente, relató a Crónica los momentos de terror que pasaron durante los asesinatos.
“Primero pensamos que eran bombas los estruendos, y después ya escuchamos los pedidos de auxilio en la casa de mis vecinos, no podíamos salir por temor a ser víctimas también del policía, solo podíamos mirar desde la ventana. Llamamos a la comisaría y en 9 minutos ya estuvieron en el lugar”, dijo Leticia.
Imandu’a porã por sus vecinos. “Era una familia muy humilde y muy trabajadora, la señora Amalia cuidaba chicos y lavaba ropa ajena también y su marido don ‘Laku’ trabajaba como chofer de una línea interna de Capiatá”.

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