"Una golosina por un beso", decía el eslogan que se lanzó en una campaña de 1989 con fines comerciales. En la actualidad, esa frase sigue en la memoria colectiva de los consumidores e inevitablemente se recuerda en los primeros días de julio de cada año.
La Semana de la Dulzura tiene lugar cada año en la Argentina y se celebra del 1º al 7 de julio. Sus inicios se remontan a un invierno del año 1989, de la mano de la Asociación de Distribuidores de Golosinas y Arcor, un grupo multinacional argentino.
"Una golosina por un beso", decía el eslogan que se volvió conocido por todos los ciudadanos. Pese a que surgió con objetivos exclusivamente comerciales, la frase se fue instalando en el imaginario de los consumidores con el paso del tiempo hasta representar mucho más que una simple compra-venta.
Cabe mencionar que el contexto del año 1989, cuando se lanzó la campaña, no era el mejor. De fondo, existía una crisis económica con hiperinflación y con una exorbitante caída del consumo.
Sin embargo, pese a estas condiciones, la Asociación de Distribuidores de Golosinas y Arcor tuvieron un sorprendente repunte de ventas, con un incremento promedio del 20 por ciento.
En aquella primera edición de la Semana de la Dulzura, entre las golosinas que más se vendieron, se encuentran el Bon o Bon, los chupetines Pico Dulce, los chocolates Milka, los bocaditos Cabsha y distintos alfajores de varias marcas.
Fue a partir de ese momento, que cada 1º de julio se comenzó a festejar la Semana de la Dulzura. Además de fines comerciales, esta celebración busca el encuentro entre personas en espacios profesionales, lugares de estudio y otros ámbitos sociales, donde a cambio de una golosina se pueda generar una instancia de intercambio amoroso y especial.
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