Romina Del Buono estaba limpiando el pasillo de su casa cuando decidió seguir por el baño. Entonces la vio. Una culebra gigante saliendo del inodoro y reptando hasta la mochilla de loza. Dio un repingo. Horas más tarde, cuando contaba el momento, revivía el escalofrío. "Pensé que esto solo ocurría en las películas", dijo.
Con su familia vive en Circunvalación, entre Pedersen y Segundo Sombra. Zona aledaña a la Sociedad Rural y al Barrio de Graduados de la Unicen. Tras las consultas, emergieron las primeras hipótesis: en la zona hay mucha construcción y en alguna de esas obras podrían haber conectado la cloaca sin taparla debidamente. El reptil podría haber ingresado a una cuadra de la casa y desde allí remontar la cloaca hasta la propiedad de Romina, hasta desembocar en el inodoro.
Alertó a sus vecinos. Rápidamente llamó para que tuvieran cuidado, La experiencia no es recomendable para corazones sensibles. "Menos mal que entré yo al baño y no mi hijo", narra. El pequeño tiene tres años y un susto menos. La tarea de sacarla de la casa fue de la pareja.
La sacaron del baño con una escoba y una pala. La metieron en un balde (lo taparon) y la arrojaron a unas cuadras. Por la zona, abunda el descampado. Parece que también abundan sus habitantes naturales.
Un susto bárbaro. El reptil mide más de un metro y medio y el grosor no es poca cosa. Pero más allá de la apariencia, el lugar donde fue encontrada le da al momento su carácter espeluznante. "No podía creer lo que estaba viendo. Esa bicha saliendo de ahí. Pensé que era cosa de películas. Siempre me reía porque me parecía que nunca podía suceder. Y sin embargo, me pasó", resume Romina.
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