Boxeador Misionero y tarefero debutará este viernes 13 en Barcelona como profesional




A pocos días de cumplir cinco meses viviendo en Barcelona, el boxeador misionero Ismael Flores se encuentra en la etapa final de su preparación para su debut como profesional, uno de los objetivos que se había planteado cuando partió en octubre del año pasado hacia el Viejo Continente.

El joven de 20 años oriundo de Campo Grande, que durante toda su vida trabajó como tarefero, tendrá la chance de mostrar sus cualidades sobre el ring por primera vez dentro del campo rentado y nada menos que en Barcelona.
Si bien el tema de la adaptación a la vida en un nuevo país y lejos de casa fue complicado, Ismael pudo superar los obstáculos y está cada vez mejor en la ciudad de Lionel Messi.
“Me tengo mucha fe porque me preparé muy bien en el gimnasio. Entrené con los mejores y eso me da mucha confianza para poder ganar la pelea. Entrenar con el campeón de Europa me hizo dar cuenta de la potencia que tengo. Estoy viviendo momentos de emoción y quiero ir a ganar porque un triunfo me puede abrir las puertas a la élite del boxeo europeo”, comentó.
Flores sumó experiencia como boxeador amateur dentro de la provincia, pero ahora el escenario será totalmente diferente y para el oriundo de Campo Grande la velada del próximo viernes 13 representa el máximo desafío de su carrera.
“Estuve ayudando en su preparación para esta pelea al campeón Isaac Real, más conocido como Chaca Rosario, un boxeador catalán que fue campeón español y que peleará por el título europeo esa misma fecha. Estamos muy bien, entrenando fuerte siempre”, aseguró el misionero.
Cuando tenía 13 años veía a sus hermanos mayores que salían a entrenar y les pedía para ir con ellos. Al principio se negaban, pero fue tanta su insistencia que lo terminaron llevando al gimnasio. Así comenzó la historia de Ismael en el boxeo, un deporte que hace cinco meses lo llevó a Barcelona, España, donde ahora tendrá la posibilidad de debutar como pugilista profesional.
Pero antes de que se le presente esta chance clave para sus aspiraciones, Ismael tuvo que pasar por un período de adaptación, que todavía le sigue costando.
Es algo que resulta entendible teniendo en cuenta el cambio que significa pasar de vivir en Campo Grande en el interior de Misiones a una ciudad del primer mundo como Barcelona. Este cambio tan rotundo tuvo su lado bueno y su lado ‘malo’ y así lo manifestó el protagonista de esta historia.

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