Nueva pericia ratificó que Víctor fue ultimado con la pistola de policía preso


EL SHOW DE LOS IMPACTOS

Luego de una semana de incertidumbre y un silencio molesto y cómplice, la investigación sobre el asesinato de Víctor Márquez Dos Santos, acontecida el 24 de agosto de 2019 en Santa Ana, se cerró sobre cuatro efectivos de la Policía de Misiones, de los cuales uno está señalado como la persona que efectuó el disparo cuando el adolescente estaba arrodillado e indefenso en el piso.
Deibid Vergara (32) permanece hoy detenido en una cárcel del Servicio Penitenciario Provincial (SPP), luego de que el juez Juan  Manuel Monte le dictara la prisión preventiva por el delito de homicidio agravado por su condición de funcionario público, que prevé una pena de prisión perpetua en caso de que sea considerado culpable. 
Las pruebas contra él son muchas, pero la semana pasada se incorporó al expediente la confirmación del elemento más contundente: el análisis de balística. Se trata de una pericia que al principio de la pesquisa la hizo la propia Policía de Misiones, pero que en esta oportunidad estuvo a cargo de Gendarmería Nacional Argentina (GNA). 
Según detallaron diversas fuentes ligadas al proceso a El Territorio, los especialistas determinaron, al igual que sus pares de la fuerza provincial, que la bala que dio muerte a Víctor salió de la pistola 9 milímetros reglamentaria de Vergara. Es decir, no hay dudas de que se trató de un gatillo fácil. 
Más allá de los avances positivos que registró la investigación, la participación de la Policía de Misiones en la pesquisa siempre sembró suspicacias, puesto que los uniformados estaban siendo investigados por sus propios pares. 
En medio de la gran presión de la sociedad, algunos actores del proceso dudaban de que Vergara haya usado su propia arma para cometer el asesinato y manifestaron que esa prueba podría estar inducida para calmar el clamor a falta de la pistola homicida, siempre teniendo en cuenta la semana de ventaja que tuvo el grupo antes de ser capturado.
En este punto radicaría el pedido a la fuerza federal para que haga la pericia, a fin de brindar transparencia a la instrucción. 



Proceso y más pruebas
Como informó oportunamente este medio, el mes pasado había sido incorporada la pericia sobre el libro de guardia de la comisaría de Santa Ana, que también fue realizada por GNA. Si bien se trataba de algo evidente, se confirmó de forma científica que los registros fueron adulterados.
Antes, la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas (Saic) del Poder Judicial había entregado un informe del análisis de los teléfonos de los uniformados. Se supo que geolocalización los ubicó en el lugar de los hechos al momento del homicidio.  
Las fuentes consultadas señalaron que con estas novedades ya quedan pocos elementos por incorporar al expediente antes de que la causa esté en condiciones de ser elevada a juicio. 
Lo mismo piensan desde la querella, que representa los intereses de la familia de la víctima. 
La preventiva al presunto asesino coincidió con la liberación de  Matías A. (30) y Rubén N. (43), los otros dos uniformados pertenecientes a la patrulla que salió el día de los hechos. A ellos se los acusa de encubrir el crimen, tienen varias restricciones y deben presentarse regularmente ante el juzgado. 
En la misma situación está Mariela C. (24), joven que completaba la comisión policial, pero que nunca estuvo detenida. 
El privilegio de la mujer siempre fue un punto de conflicto para la familia e incluso para los demás detenidos. Mariela fue quien, tras siete días, destrabó la pesquisa al confesar que Vergara asesinó a sangre fría a Víctor. También declaró que luego el oficial se subió a la patrulla y amenazó de muerte a todos. 
Diversas fuentes de estricta reserva dijeron a El Territorio que como entonces no había mayores pruebas de su testimonio, sus palabras fueron incorporadas como una denuncia por amenazas contra el principal acusado. 
De todas formas, la situación de la mujer policía cambió con el correr de la instrucción. Una vez que asumió el juez Monte, fue citada a audiencia indagatoria bajo los lineamientos del artículo 70, lo que es comúnmente llamado “testigo sospechoso”. Ante eso, la mujer decidió cambiar su abogado. 
Hay que aclarar que la figura del arrepentido, que habilita a un imputado a dar información útil para el avance de la causa a cambio en una mejora de su situación, no está prevista en los procesos de la Justicia ordinaria. 
Las palabras de los otros acusados
Ante la Justicia, el cabo primero Rubén Darío N. (43) señaló que la madrugada en que ocurrió el crimen, el 24 de agosto, salió de patrulla una sola vez y volvió a las 2.40. Agregó que en esa instancia se fue a dormir y que recién se despertó a las 6, cuando tenían la información de que Víctor había sido asesinado. En este punto, detalló que notó que la camioneta había sido movida, señalando así que otra comisión había salido a la calle mientras él descansaba. El subayudante Matías A. (30), en tanto, expresó que esa noche salió una sola vez, con la cabo Mariela C., hicieron una recorrida y volvieron a las 3.10. Consideró que cuando ocurrió el crimen del adolescente, toda la guardia estaba en la comisaría, puesto que el móvil no volvió a salir. Es decir, fue más allá que su compañero y con sus palabras, directa o indirectamente, dio a entender que ningún efectivo implicado mató al joven. El principal acusado hasta el momento se mantiene en silencio.

“Es horrible saber que pueden estar en sus casas”

El cuerpo de Víctor Márquez Dos Santos (16) fue hallado en una calle terrada cerca de la Escuela de Comercio 10 el 24 de agosto del 2019. La bala ingresó por el ojo izquierdo y la autopsia reveló que no tenía ninguna otra lesión, es decir, estaba en total estado de indefensión, arrodillado.
El joven se dirigía a la iglesia para colaborar con la elaboración de un locro. Al otro día, tras su sepelio, falleció de un infarto Eriberto Márquez Dos Santos (66), su padre, lo que multiplicó el dolor de la familia. Después, trascendió que los acusados habían asistido al velorio de Víctor y le aseguraron al padre que iban a encontrar al asesino.
Ayer, El Territorio habló con Eliana Márquez Dos Santos (25), hermana de la víctima, quien contó que el 11 de junio, Víctor habría cumplido 17 años. 
“Fue lo peor, pasé todo el día encerrada, no pude ni siquiera ir a ver su pieza. Y ahora otra vez con un vacío en el pecho sin mi viejito -por el Día del Padre-. Nosotros éramos muy unidos, mi hermanito siempre estaba cantando, le gustaba mucho el rap”, dijo la joven. 
Y agregó: “Jamás pasé un cumpleaños o un Día del Padre lejos de ellos y ahora sólo me quedan sus recuerdos y fotos”. 
Consultada por las últimas novedades judiciales, se manifestó principalmente sobre los efectivos que siguen el proceso en libertad al reclamar “para mí fue horrible saber que ellos pueden estar en sus casas con sus familias. Es increíble que se roben la vida de dos personas, destrocen a una familia y ahora estén en sus casas como si nada y, peor aún, que me los tenga que cruzar”. 
“Me mata por dentro saber que no puedo hacer nada para que eso cambie”, añadió. 
En ese sentido, también tuvo palabras para la mujer policía implicada, que nunca estuvo detenida por el caso, al decir que siguió su vida normalmente pese a decir que estaba amenazada de muerte. 
“La misma noche que yo le velaba a mi hermanito y casi me vuelvo loca corriendo con mi papá al médico, ella estaba en un casamiento como si nunca hubiese presenciado nada. Ella dijo que Vergara la había amenazado de muerte y sin embargo andaba como si nada de fiesta después de presenciar semejante salvajada. Yo en su lugar estaría aterrada”, señaló. 
La joven se manifestó conforme con el avance del proceso y expresó que el juez Monte le inspira confianza y seriedad. “Lo único que pido es que pague quien tenga que pagar y que se le dé perpetua porque se llevaron dos vidas”, solicitó. 
Por último, volvió a repetir la pregunta que hasta ahora nadie le ha sabido contestar: ¿por qué mataron a Víctor? 
FUENTE: EL TERRITORIO

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